jueves, 8 de marzo de 2012

Vuelve el insomnio y como no, la cafeína.

Ni si quiera me da por pensarlo, un millón de huracanes quieren romperme y yo ni siquiera quiero ser consciente.
Quiero ser eterna. Poder vivirte miles de veces. Pero suelo hacerlo, tejer con rutina los sueños y olvidar que estoy despierta.
Nunca fue fácil, un Universo hecho de retales viejos y de billetes de avión, pájaros en mi cerebro de luna que agarran con fuerza mis raices y las llevan lejos, a palmos de la Tierra. Creando realidades paralelas y llevando la luna siempre por bandera. Suelo hacerlo, cerrar los ojos a lo que no quiero escuchar, y abrir de par en par los corazones si creo que te veo.
Siempre creo que te veo.

Ojala pudiese parar de verte en cada infame resquicio. Suelo hacerlo, creer que eres tú cada vez que me eclipso. La próxima vez tan sólo quiero dejarme estremecer y dejarte ir, aguantar la respiración hasta que te desvanezcas.
O proyectarlo y...
Quizás aparezcas algún día, y te conviertas en realidad cuando yo esté preparada para verte.
Podría conformarme, ser número impar. Pero me encantaría compartirme contigo.